Una joven madre de 20 años, identificada como Maya Hernandez, comparece ante un tribunal en Bakersfield, California, Estados Unidos, acusada de responsabilidad penal tras un hecho ocurrido en junio, cuando dejó a sus dos hijos pequeños dentro de un automóvil estacionado mientras acudía a un procedimiento estético.
Como consecuencia, Amillio, de un año, falleció luego de permanecer expuesto a temperaturas extremas; su hermano Mateo logró sobrevivir.
De acuerdo con la acusación presentada por la Fiscalía del Condado de Kern, los niños permanecieron dentro del vehículo durante aproximadamente dos horas y media bajo el sol.
Aunque el tratamiento de relleno labial al que acudió la acusada habría durado entre 15 y 20 minutos, los fiscales sostienen que el tiempo se extendió debido a que la mujer permaneció conversando tras el procedimiento.
La fiscal Stephanie Taconi afirmó ante el jurado que la acusada priorizó su apariencia personal, lo que derivó en un desenlace fatal.
Los informes periciales incorporados al expediente señalan que la temperatura en el interior del automóvil alcanzó los 46 grados Celsius, un nivel considerado altamente peligroso para menores de edad.
Al regresar al vehículo, Hernandez encontró a Amillio sin signos de respuesta y lo trasladó de urgencia a un centro hospitalario.
Según el personal médico, el niño ingresó inconsciente, sin pulso, con coloración azulada en labios y extremidades. Pese a los intentos de reanimación, se confirmó su fallecimiento poco después.
En el mismo episodio, Mateo fue atendido por presentar una temperatura corporal interna severamente elevada.
Una enfermera describió su estado como crítico, indicando que el menor mostraba signos compatibles con un posible evento neurológico grave asociado al sobrecalentamiento, según se expuso durante la audiencia.
La defensa de Maya Hernandez argumentó que el vehículo habría quedado encendido, con el sistema de aire acondicionado en funcionamiento, y que los niños contaban con alimentos y leche en el interior.
Según su representante legal, la acusada creyó que el motor continuaría operativo durante su ausencia.
En este contexto, la defensa reconoció cargos por homicidio involuntario y maltrato infantil, pero rechazó la imputación por asesinato en segundo grado.
Durante el juicio también se expuso que empleados del centro estético ofrecieron permitir que los niños permanecieran dentro del local, y que una conocida de la acusada se ofreció a cuidarlos.
La fiscalía sostuvo que, en un momento posterior, Hernandez regresó al establecimiento únicamente para recuperar su teléfono móvil y efectuar el pago del procedimiento, sin verificar el estado de los menores, según información difundida por 23 ABC.
El caso continúa en etapa de debate judicial en Bakersfield, con la participación de peritos especializados y la presentación de evidencia técnica clave para la resolución del proceso.
El hecho volvió a poner en foco los riesgos asociados a dejar a menores dentro de vehículos expuestos al calor extremo, especialmente cuando las temperaturas internas superan los límites considerados seguros por la comunidad científica.
