La muerte de Natali Natyeri Noboa Alvarado, una adolescente de 14 años, ha dejado a su familia en duelo y ha abierto interrogantes sobre la atención brindada en un centro de salud del cantón de Siquirres, en la provincia de Limón, Costa Rica.
El deceso ocurrió el 2 de diciembre, doce días después de que la menor fuera atendida por primera vez en el Ebáis de Imperio.
De acuerdo con el testimonio de su padre, Juan Antonio Noboa Ramírez, los primeros síntomas se presentaron el martes 18 de noviembre, cuando la joven fue llevada al Ebáis debido a un malestar general.
En esa consulta, según relató, el diagnóstico preliminar fue una infección viral y se le indicó regresar a casa, con una cita posterior para exámenes médicos programada para el jueves 20 de noviembre en el CAIS de Siquirres.
Ese día, la condición de la adolescente se agravó de forma significativa. Desde el CAIS fue remitida de emergencia al Hospital Tony Facio, en la ciudad de Limón.
Durante el traslado, sufrió una convulsión que la dejó en estado de coma. La joven permaneció hospitalizada durante casi dos semanas hasta su fallecimiento.
Tras la hospitalización, los médicos informaron a la familia que Natali presentaba un cuadro grave de diabetes no diagnosticada, con niveles de glucosa extremadamente elevados.
Según la explicación médica recibida, la alteración metabólica provocó el colapso de su organismo y complicaciones neurológicas asociadas al episodio convulsivo.
Posteriormente, la familia confirmó la existencia de antecedentes familiares de diabetes, un factor que desconocían hasta ese momento y que, según indicaron, pudo haber sido relevante para una detección temprana.
El padre de la menor expresó inconformidad con la evaluación inicial realizada en el Ebáis de Imperio, al considerar que no se efectuaron pruebas básicas que habrían permitido identificar la condición metabólica a tiempo.
Indicó que en el CAIS de Siquirres la sospecha clínica fue inmediata, mientras que en la primera consulta no se practicó un control de glucosa.
Juan Antonio Noboa aclaró que no generaliza su señalamiento a todo el sistema de salud, pero sostuvo que una evaluación más exhaustiva desde el inicio pudo haber cambiado el curso de los acontecimientos.
Natali Natyeri Noboa Alvarado cursaba el segundo año en el Liceo Maryland, donde era reconocida por su rendimiento académico y conducta.
Participaba activamente en la Iglesia Evangélica Puerta del Cielo, donde formaba parte de actividades artísticas y religiosas.
La adolescente deja dos hermanos, de 25 y 21 años. La familia enfrentaba además un duelo reciente, ya que la madre de Natali falleció el 13 de septiembre de 2024 a causa de una enfermedad oncológica.
Tras conocerse la noticia, la Iglesia Evangélica Puerta del Cielo y el Liceo Maryland difundieron mensajes públicos en los que resaltaron la calidad humana, la fe y el compromiso de la joven tanto en el ámbito espiritual como educativo.
Ambas comunidades expresaron su solidaridad con la familia y recordaron a Natali como una estudiante dedicada y una integrante activa de sus espacios.
Ante los cuestionamientos surgidos, se solicitó una reacción a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Al cierre de esta información, la entidad mantenía la consulta en proceso de revisión, sin un pronunciamiento oficial.
El caso de Natali Natyeri Noboa Alvarado ha puesto en el centro del debate la importancia de la detección oportuna de enfermedades crónicas en población adolescente y el seguimiento clínico adecuado desde el primer nivel de atención.



