La Policía Civil detuvo este viernes 19 a Alberto Santana Eugenio, de 39 años, señalado como responsable del asesinato de su esposa, Karine Braz de Souza, de 30, cuyo cuerpo fue localizado esta semana en un inmueble comercial del barrio Santa Cruz, en la Zona Oeste de Río de Janeiro, Brasil.
El hecho investigado se remonta a agosto, aunque el hallazgo se produjo varios meses después, tras el avance de las diligencias policiales.
De acuerdo con las autoridades, Alberto Santana Eugenio fue arrestado bajo la acusación de homicidio contra su pareja y ocultamiento del cuerpo.
Durante su comparecencia ante la comisaría, el detenido reconoció su responsabilidad en los hechos y colaboró indicando el lugar donde permanecían los restos de la víctima.
La investigación confirmó que Karine Braz de Souza era madre de dos niñas, de 6 y 11 años.
Según el expediente policial, el ahora detenido había presentado en septiembre una denuncia por desaparición, afirmando que no tenía contacto con su esposa desde el 28 de agosto, fecha en la que —según su versión— ella salió para llevar a sus hijas a clases de jiu-jitsu.
Sin embargo, esa declaración fue cuestionada desde el inicio por familiares y vecinos, quienes advirtieron inconsistencias y comportamientos que no coincidían con el relato presentado.
Testimonios recabados por la Policía Civil describieron una relación marcada por conflictos recurrentes.
Personas cercanas a la pareja mencionaron episodios de control posesivo y maltrato psicológico atribuidos a Alberto Santana Eugenio, así como conductas agresivas ocasionales por parte de Karine Braz de Souza, información que fue incorporada al análisis del contexto familiar.
Las pesquisas condujeron a un local comercial alquilado en la calle Louveira, en Santa Cruz. En ese sitio, los investigadores determinaron que el cuerpo de la víctima fue desmembrado y posteriormente ocultado en una estructura de hormigón.
Los informes forenses confirmaron la presencia de rastros de sangre y señales de limpieza, lo que evidenció intentos de eliminar vestigios del hecho.
Vecinos de la zona declararon haber observado movimientos inusuales en el período de la desaparición, como el traslado de un contenedor de gran tamaño sellado y modificaciones en el inmueble, circunstancias que reforzaron las sospechas sobre el ocultamiento del cuerpo.
Peritajes adicionales documentaron destrucción de pruebas materiales y contradicciones en las declaraciones del esposo, elementos que consolidaron la imputación.
La detención temporal fue solicitada y concedida con el objetivo de garantizar el desarrollo de la investigación, evitar interferencias en la recolección de pruebas y asegurar la localización del cuerpo de la víctima, conforme a los procedimientos legales vigentes.
