Una actividad escolar realizada por Joaquín Enzp, el niño de 8 años que fue asesinado por su padre en Lomas de Zamora, Argentina, adquirió relevancia pública meses después del hecho y quedó incorporada al análisis judicial y social del caso.
El trabajo, elaborado en el ámbito educativo pocos días antes del crimen, expuso manifestaciones emocionales que hoy son evaluadas como señales de alerta no abordadas oportunamente.
La consigna pedagógica proponía que los alumnos completaran rostros con distintas expresiones e identificaran emociones asociadas.
En su hoja, Joaquín dibujó caras con gestos de tristeza, angustia y lágrimas, representaciones que fueron interpretadas como indicadores de malestar emocional.
En otro ejercicio de asociación de palabras, escribió definiciones que llamaron la atención: “Colegio: tranquilo y cansancio” y “Casa: miedo”.
El material fue revisado y calificado por la docente, quien dejó observaciones positivas y un mensaje alusivo al receso escolar de invierno.
Sin embargo, de acuerdo con la denuncia presentada posteriormente, no se activó ningún canal formal de comunicación con los adultos responsables ni se dio intervención a organismos institucionales.
La madre del niño, Natalia Ciak, sostuvo que al advertir el contenido de la tarea se presentó en el colegio French de Banfield para dialogar con la maestra.
Según relató en declaraciones públicas, no recibió contacto previo ni posterior por parte de la institución educativa.
A partir de esa situación, inició una mediación judicial contra el establecimiento por presunta falta de actuación preventiva.
El abogado de la familia, Diego Lugones, afirmó que los elementos plasmados en la actividad escolar debieron haber derivado en la aplicación de protocolos de protección infantil.
Indicó que el niño expresaba temor en el ámbito doméstico, lo que exigía una intervención para identificar el origen de ese miedo y garantizar su integridad.
El caso se remonta al 5 de agosto, cuando el episodio ocurrió en una vivienda de Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires, Argentina.
Ante la imposibilidad de comunicarse con su pareja, Natalia Ciak dio aviso al 911. Al arribar al domicilio, efectivos policiales encontraron a Alejandro Ruffo, padre del niño, con lesiones graves compatibles con un intento de autolesión, y en otra habitación el cuerpo sin vida de Joaquín Enzp, de 8 años.
Desde ese día, Ruffo permanece internado bajo custodia policial dentro del sistema penitenciario bonaerense, mientras se desarrollan las actuaciones judiciales.
En el marco de su atención médica, y luego de ser retirado de la asistencia respiratoria, habría manifestado a un profesional de la salud que asfixió al niño para enviarle un mensaje a la madre.
Esa expresión, aunque no constituye una declaración indagatoria formal, fue incorporada al expediente por la fiscalía como elemento probatorio.
A casi cinco meses del crimen, la causa continúa condicionada por una pericia psiquiátrica clave, aún pendiente, que definirá la situación procesal del imputado y la eventual elevación a juicio oral.
En paralelo, Natalia Ciak difundió un testimonio público en el que describió el proceso de duelo que atraviesa.
En ese registro audiovisual expresó que, por primera vez desde el nacimiento de su hijo, afrontará fechas significativas sin su presencia.
Señaló que el impacto emocional se profundizó una vez superada la etapa inicial de conmoción.
En su mensaje, la madre de Joaquín afirmó que durante mucho tiempo creyó que ella era el objetivo principal de la violencia y no el niño, y remarcó que la mayor ruptura fue la que sufrió su hijo.
También hizo referencia a las demoras judiciales, especialmente las vinculadas a evaluaciones de salud mental, y sostuvo que el caso expone fallas estructurales en los mecanismos de prevención y respuesta.
El expediente judicial continúa en trámite, con Alejandro Ruffo alojado en un pabellón psiquiátrico, mientras se aguardan definiciones periciales determinantes.
La actividad escolar de Joaquín Enzp, hoy incorporada al análisis del caso, se convirtió en un elemento central para examinar el rol institucional frente a señales tempranas de vulnerabilidad infantil.
